Un viernes frio
frio
que hiele
mi cuerpo estéril.
un viernes
de César Vallejo
y voz herida,
de hombre
ébrio de angustia...
Quiero morir un viernes
despacio, despacio
para reirme del día
que se lleva
mi chuerpo herido.
Quiero un viernes frio,
frio
de muerte, frio!
II
Nosostros
los de abajo
y la sonrisa triste
los de la voz fuerte
y la rabia contenida.
Nosotros
los de las noches
con olor a aguardiente
y mañana de pan duro.
nosotros
los que fundimos la esperanza
en las manos
los que sabemos que la tierra
está preñada de una fertil venganza.
Nosotros
los que nunca tuvimos oportunidad
de nada
arrancamos en un grito
la voz de todos
cada mañana.
Da revista: "Puesto de combate - literatura e arte contemporáneos"
nº12, 1977, Colômbia