EL ARPEGIO DE LA LLUVIA
El cielo estaba acerado
y sonaba estrepitosa
la lluvia maravillosa
con el viento huracanado.
Este argegio tan deseado
de invierno nos ha vestido
orquestrando embravecido
una música olvidada
en sequía desesperada
que la borrasca ha vencido.
Yo la miro embelesada
y escucho su sinfonía
como si fuera poesía
en bucólica balada
en murmullo de arbolada.
Y su danza cristalina
trenza pirueta divina,
apasionado torrente
en desplome contundente
como tenaz danzarina.
María Dolores Fernández-Villamarciel
Da revista: "Aldea", nº 34, 1996, Espanha
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