Señores del jurado:
Críticos incoherentes,
Señor Juez..
Su señoría:
No me declaro culpable;
Soy drogadicto,
Pero no es mi culpa,
soy inocente.
Todo comenzó
cuando yo era chico,
Y sin quererlo...
me drogaba.
Cuando poco a poco
Fui necesitando de más.
Pues todos consumían,
En un mundo de adicción.
Le confieso Señor fiscal,
Que ni mis manos, ni mis cabellos
Sobrevivirían sin ella.
Que no es capaz el cuerpo
de levantarse y seguir sin ella.
Más ella,
De la que les hablo
No es la marihuana...
¡Es la tierra!, ¡La tierra, señor Juez!
Porque no hay fruto
Que madure sin abono,
Ni planta que crezca
Sin drogarse.
Pues inclusive aquellos,
Los que aun no han nacido;
Son victimas del suelo,
De esta tierra,
Que nos droga sin querer.