¿Cómo luchar contra la locura,
dolor azul en ninguna y todas partes?
Del mundo ahora apenas puede ver el dorso,
un número seco, la zarza antes de las llamas:
no puede subir desde lo oscuro,
desatar el nudo, calmar el hambre:
hay una aguja que perfora una a una las olas,
un agua salobre y espesa
que llega hasta la boca luego de infinidad de conductos,
un antiguo hedor que no se disipa.
En la palabra, la sutura.
En la razón, cuerpos que no se adhieren a sus sombras,
ecos que resuenan sin origen aparente,
una memoria de infancia, soterrada, transformada en escarcha.
Al sueño sucede una obsesión.
La obsesión precede a la muerte, con precio y sin estética.
Y la muerte tarda, viene a lomo de perro con tres patas.
Quiero empezar todo de nuevo con usted –
dice.
Se lo dice a una desconocida,
como se lo diría, en su desesperación,
a una rueda que no para de girar,
a un evangelio bajo una roca,
a un pez envuelto en pasado y acre.
Y sopla piedad desinflada, apócrifa.