Huesos.
Sobre ellos, el polvo de los años.
Calaveras de tigres,
dientes de dinosaurios, molares de delfín.
Por dentro,
un viejo tiempo ido que no aparece más.
Por fuera,
las miradas vacías de la modernidad.
Fósiles,
mariposas de piedra,
abejas de pedernal,
panaderos hechos cuarzo y cristal.
Sobre ellos, la mirada insistente
de la ciencia fugaz.
Por fuera,
una añoranza eterna por volver a volar.
Momias
de indios y orientales,
de no importa qué más,
sólo restos vendados
que el paso de los años
no ha podido matar.
Por fuera,
el deambular de almas
de un futuro procaz.
Por dentro,
una lágrima sorda
que sólo pide paz.