Cotidiano camino deambulo
hacia el centro y la llama
de todo mi ser.
Voy cargando maletas
de amarguras y logros,
pesadas... cargadas
con todo lo que fui.
No me aterra la idea
de enfrentar los fantasmas,
¡quiero desnudarme
ante su mascarón!
El bosque, a la distancia,
me dice que me espera,
para abrigarme entero
con su pagana fe.
La fuente aun mana cantos
de mañanas gloriosas
con himnos al Creador,
junto al templo silente
que cobijó a la Luna
y al Hombre consoló
cuando llegó la noche
y su niño clamó.
Ese grito primero
que floreció en la fronda,
es el motor intenso
de mi peregrinación.
¡Llegar hasta los soles
primordiales y oscuros
para encontrar el brillo
que me dará la luz...
para encontrar de nuevo
la tierra de Natura
y permita a mi niño
otra vez sonreír...!
Voy cargando maletas
pesadas y cargadas...
Al centro aún no he llegado...
y el bosque espera... allí...