Estaba en un bar bebiendo whisky fumando ignorando les
fleurs du mal, quiero decir no estaba en un granero
sentado bajo la sombra de una palmera salvaje bebiendo
buorbon. Estaba simplemente en un bar bebiendo whisky
viendo pasar les feuilles mortes quemando un
cigarrillo. En una mesa dos viejas parloteaban,
hablaban de filosofía y criticaban que en el menú no
había aves aristófanes ni pitonisas al escabeche. El
mozo trató de explicarles que el cheff Heródoto había
faltado ese día debido a un doloroso cólico nefrítico.
Las viejas añoraban sueños perdidos, justificaban
mentiras, excusaban realidades, desempolvaban olvidos
y neuronas, sin reproches ni concesiones. Llamaron al
mozo y pidieron la cuenta. Se levantaron. Una le dijo
a la otra "suerte que aún te excitas".
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