Me encerré en el olvido y ahora estoy de
duelo.
Acabo de sepultar bien hondo, mi cofre con tus
recuerdos.
Las horas ya no me alcanzan,
los músculos se me quebraron,
mis ojos se quebrajaron angustiosos queriendo
soñarte aquí.
Tu sombra ya no la veo,
tu rostro no se si ha muerto,
y el inmenso interrogante pidiendo saber dónde
estás,
ya ha caído sollozando…
Queda poco tiempo,
no se si te veré, si te alcanzaré
en el ocaso
o te volveré a imaginar con tus fichas
de ajedrez.
La tarde va cayendo
y mis lágrimas se secan,
mi cuerpo no responde
y mi pluma muere aquí.
No se si logró transcribir
cuánto te busqué,
cuánto necesité de ti en instantes
difíciles y sencillos.
Te llevaste mi infancia
y me duele no haberla conocido.
Te llevaste tu voz contigo,
y me duele no recordarla.
Te llevaste mi vida entera,
la que queda sepultada.
Silvana Barrales