DODECAEDRO TEMPÓREOSextravían días en la memoria
no es tarde para ver el alba
sucede que ayer es hoy y mañana también,
aflorando en tu interior
revuélcanse las hojas d lo sárboles
para escucharte,
como escuchas al viento, al rocío,
las aves,
hormigas preparan el invierno,
ausencias d todo lo ajeno,
cruzar el puente
lo único nuestro la soledad
que sube al aeroplano d las almas sin permiso,
que no te atreves a cruzar,
nos lleva d la mano hacia nosotros
sacar la locura que los años
para comprender quéste viaje
adormecieron en un diario antiguo,
es sólo una escuela,
un espejismo d lo cierto.
ahora más añejo te sientes niño
Nos hacemos humo en la leña d los cuerpos,
los gatos juegan en tu mano
niebla en la mar d la tristeza,
miras al espejo y desaparecen
las arrugas
agua en la nube d los alientos
las canas, los años,
el tren cautivo queda entre las pestañas
descubres que la vida es un simple hojear d libros
y una pierna nos aleja un instante
que un día es un poema,
desta huida,
pero los ojos con su brillo desaparecen
y que tu rostro no es tu rostro
detrás d una puerta,
sino una palabra.
entonces el vaso d agua te conversa.
Do livro: “Poemas para A(r)mar”, Ed. Nuevoarte, 1997, Osorno