Por entre unas matas,
seguído de perros,
(no diré corría)
volaba un conejo.
De su madriguera
salió un compañero,
y le dijo: Tente,
amigo; ¿qué es esto?
— ¿ Qué já
de ser? responde:
sin aliento llego...
Dos pícaros galgos
me vienen siguiendo.
— Sí (replica el
otro),
por allí los veo...
Pero no son galgos.
— Pués ¿qué
son? — Podencos.
— ¿Qué?
¿podencos díces?
— Sí, como mi abuelo.
— Galgos y muy galgos,
bien visto los tengo.
— Son podencos; vaya
que no entiendes de eso.
— Son galgos, te digo.
— Digo que podencos.
En esta disputa,
llegando los perros
píllan descuidados
a mis dos Conejos.
Los que por cuestiones
de poco momento
dejan lo que importa,
llévense este ejemplo.
Tomás de Iriarte
Do livro: "Español - Gramatica, Literatura y Antologia", Ed. Melhoramentos, 1953, SP