BREVE DICCIONARIO DE LA POESIA EXPERIMENTAL LATINOAMERICANA
por Clemente Padin
LOS POEMAS FIGURADOS O CARMINA FIGURATA
Los poemas de figuras existen desde el inicio de la tradición poética occidental, en la antigua Grecia y en la Baja Edad Media y participan , sin duda, de la dimensión visual del lenguaje aunque, en casi todos los casos, auxiliando y ratificando la información de la dimensión verbal. Se trata de una extensión del significado verbal que completa y legitima, redundantemente, su sentido. Algo así como una "figura de relieve" que "para mayor energía o elegancia de las expresiones permite algunas licencias..." (Gramática Castellana). Este recurso estilístico (mise en rélief) es el contorno lineal o la forma que adoptan los versos en el espacio de la página que, en general, reproducen la forma del objeto descripto o representado simbólicamente. También se les llama poemas asistidos, es decir, poemas verbales reduplicados visualmente o, como Dick Higgins, pattern poems.
Se diferencian nítidamente de la poesía visual en cuanto en ésta la integración de la dimensión verbal y visual es monolítica; en cambio en el poema figurado, es posible la separación de ambas dimensiones sin que haya merma significativa de información (lo mismo ocurre con la poesía ilustrada).
Si los poemas figurados hubieran surgido en la década de los 60s. estaríamos hablando de poética conceptualista puesto en el poema de figuras la representación verbal del objeto se opone o juxtapone a otra representación, en este caso iconográfica. Es conceptualismo porque nos habla de un objeto que es, a su vez, su propia representación a través de otro lenguaje ("El arte es la definición del arte", Joseph Kosuth). Algo así como escribir la palabra "roca" en una roca o la palabra "blanco" sobre una superficie blanca.
En nuestro países se destaca la obra del poeta uruguayo Francisco Acuña de Figueroa quien, en el siglo XIX, escribió y dibujó 12 poemas de figuras dando cuenta de la importancia del barroco latinoamericano. También cabría señalar la existencia, junto a los poemas de figuras, de los laberintos y los poemas permutacionales, a la manera del místico catalán Raimundo Lulio, permitiendo al lector manipular las palabras propuestas y concretar su propia versión del poema, en una suerte de poética de la recepción.